Apolo y Dafne

Apolo no era afortunado en el amor, ya que, tras derrotar a Pitón, se rió del hijo de Ares y Afrodita, Eros. El pequeño dios del amor, molesto porque Apolo decía que las hazañas de Eros no podían compararse con las suyas, decidió vengarse de Apolo, por lo que le lanzó una flecha de oro a Apolo, para que se enamorase de Dafne, una ninfa que había seguido los pasos de Ártemis, hermana de Apolo, y diosa de la naturaleza, y dedicarse a la caza y a la vida en el bosque sin tener relación con los hombres. Eros le lanzó a Dafne una flecha de plomo, es decir, una flecha de desdén.

Apolo se enamoró perdidamente de Dafne, y la persigió día y noche, mas la ninfa lo rechazaba, por lo que Apolo decidió tomarla por la fuerza, y Dafne, agotada por la persecución, pidió ayuda a Ártemis, que la convirtió en un laurel.

Apolo, desolado, comenzó a llevar una corona de laurel, como símbolo de Dafne.

 Las coronas de laurel han sido símbolo de victoria, y al igual que los cabellos de Apolo no encanecen, las hojas del laurel no se secan y mantienen su verdor.